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Es cierto que para que una idea sea grande es necesario que madure, pero además hace falta intuición, sentir esa corazonada que te impulsa a seguir con ella y tener la fuerza para llevarla a cabo. En el caso Chanel Sopo Lambea, su idea fue la de crear un contenedor de residuos inteligente, y esa imperiosa fuerza la encontró en su hermana Iris. Ingeniera de diseño industrial la primera y oceanógrafa la segunda no dudaron en embarcarse en un proyecto al que le faltaba mucha maduración.
Juntas decidieron presentarse al programa de ‘mentoring’ de la Universidad de Extremadura, a través del organismo Sapiem, encargado de gestionar el emprendimiento de la Universidad. “Ellos vieron que nuestra idea tenía potencial debido a que la actual ley de residuos y suelos contaminados exige a las administraciones separar los residuos orgánicos en el origen, es decir, separarlos del contenedor verde de toda la vida. Además, cada vez la normativa se va a ir endureciendo más desde Europa”, afirma Iris Sopo Lambeo. Ese endurecimiento incluirá, entre otros parámetros, el control de datos de cada usuario, “incluidos el de analizar el peso de residuos por vivienda, ya que cada uno deberá pagar por lo que desperdicia”, asegura Iris.